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Garoa González Fernandino / Araitz Rodríguez Gutiérrez, 2004
 LA INDUSTRIALIZACIÓN EN HERNANI | EL PROCESO DE INDUSTRIALIZACIÓN Y LOS SISTEMAS DE GÉNERO | FRANQUISMO Y SISTEMAS DE GÉNERO 

 

EL PROCESO DE INDUSTRIALIZACIÓN
Y LOS SISTEMAS DE GÉNERO

 

      Debemos situar el pupilaje en el contexto de la segunda industrialización de Hernani. Por ello, a la hora de analizar ese fenómeno, deberemos prestar especial atención a las consecuencias que tuvo el proceso de industrialización en las relaciones de género, ya que resulta fundamental referirse a las relaciones de género para estudiar el fenómeno del pupilaje, y a los importantes cambios que provocaron en dichas relaciones la industrialización y los procesos de modernización.

      Para estudiar la relación entre el proceso de industrialización y las relaciones de género, tomaremos como base las ideas extraídas de los trabajos de Pilar Pérez-Fuentes. Es indudable que la industrialización y la modernización trajeron consigo importantes cambios al sistema de producción y reproducción vigente hasta entonces. Hay que destacar dos consecuencias principales: por un lado, el cambio producido en el concepto de “trabajo” y por otro, la división del mercado de trabajo. Ambas consecuencias están, además, íntimamente ligadas. Asimismo, debemos tener en cuenta que esos procesos condicionaron claramente la vida de las mujeres en el futuro. Respecto a la primera consecuencia, dentro de la categoría de “trabajo” sólo tendrán cabida las actividades destinadas a producir bienes y servicios, por lo que las actividades económicas desarrolladas por las mujeres en casa no serán consideradas “trabajo”. Por tanto:

 

      “La extensión del nuevo concepto de trabajo como mercancía se constituirá en un elemento estructurante del sistema de género en las sociedades industriales, ya que convierte el trabajo de las mujeres, necesario para la reproducción social, en “no trabajo” frente al realizado por los hombres, es decir, en una actividad al margen de todas las consideraciones económicas[31]”. (Pilar Perez-Fuentes, 1995).

 

      Si bien los trabajos elaborados por Pilar Pérez-Fuentes se refieren a la primera industrialización, el análisis que realiza en ellos resulta útil a la hora de explicar la influencia de la segunda industrialización en la vida de las mujeres y los hombres de Hernani; a pesar de tener como objeto de estudio otra etapa (que tuvo lugar varias décadas atrás) existen muchos paralelismos con el proceso producido Hernani. De hecho, las revoluciones industriales tienden a reforzar las ideas de género aportadas por esos procesos. Como hemos podido observar, en el caso de Hernani, la división sexual del trabajó se hizo aún más patente tras la segunda industrialización. Junto con la división sexual del trabajo, se hizo mayor la distancia entre el espacio que debían cubrir las mujeres y el que debían cubrir los hombres; se produjo una clara segmentación del mercado de trabajo; se reforzó el límite entre el espacio público y el doméstico, llegando a considerarse el espacio doméstico (femenino) y el mundo mercantil (masculino) como dos mundos separados. El desarrollo industrial provocó el distanciamiento entre la casa y el trabajo, y ese alejamiento trajo consigo grandes cambios a la estructura y el funcionamiento familiar. El modelo doméstico les fue asignado a las mujeres, se reforzó el rol del “ama de casa”. Los lugares de trabajo, por otra parte, se definieron como espacios masculinos, y a los hombres les fue asignada la tarea de “ganarse el pan”. De esta forma, se crearon nuevos contextos normativos y simbólicos, y se fomentaron relaciones más asimétricas entre las identidades de género (femenino-masculino). Esos mundos, el de los hombres y el de las mujeres, se convirtieron en dos mundos asimétricos totalmente diferenciados el uno del otro.

      Para poder analizar correctamente el fenómeno del pupilaje, al que dedicaremos las páginas siguientes de nuestro trabajo, es imprescindible recordar (al menos brevemente) la relación entre industrialización y relaciones de género. Si no tenemos en cuenta la división sexual del trabajo, la división de los espacios doméstico y privado, no podremos estudiar el fenómeno del pupilaje en profundidad.

 

 

 

 

[31] PEREZ-FUENTES, Pilar. (1995). “El trabajo de las mujeres en la España de los siglos XIX y XX. Consideraciones metodológicas” in Arenal. Revista de Historia de las mujeres. Vol. 2. Núm. 2. Julio-diciembre.

 

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